miércoles, 29 de octubre de 2008

Manual del buen manifestante

Este es el resultado de una meditación intensa sobre el tema.

Hoy día todo el mundo puede manifestarse. Diré más, si no te manifiestas ¡eres BOBO!, y añadiré mejor que, si no te manifiestas, ¡no eres NADIE! Pero ¿cómo hacerlo?

Para empezar merece la pena ser más de dos, diría que el grupo mínimo para una correcta manifestación deberían ser 3 personas. Así, bien organizados se puede aguantar 3 carteles variados y una pancarta lo suficienttemente larga como para poder escribir un mensaje conciso. Los carteles deberían tener algo escrito, pero eso sí, sobre fondos de colores chillones, así se ve más. Importante cometer alguna falta de ortografía, así pareces más 'obrero', transmites más credibilidad y te hacen más caso. Importante también que los palos de los carteles lleguen bien arriba (1 o 1,5 metros) para sobresalir entre la gente si la mani la haces, por ejemplo, en Portal del Ángel.

Hay que llevar pitos. ¡Es un factor importantísimo! Toda manifestación que se precie debe tener pitos para llamar más la atención. Hay que pitar entre los 3 (como mínimo) y de manera desacompasada, así da la sensación del timabler del bruc, sease, que son más los que pitan. Además hay que chillar algún lema con gancho (por ejemplo: 'Las-palomitas / mejor-si-son-blanquitas').

Está bien que como habituallamiento también se lleven unas pegatinas en el pecho, de colores, y con el nombre de la empresa o la razón a la que se está manifestando.

Finalmente, no se olviden de ir a manifestarse a un lugar importante. Todo esto se puede hacer en casa, aunque serviría de poco. Mejor ir a 'tocar los cojones' a los pobres funcionarios de algún edificio oficial. Procurad elegir un día en el que el jefazo de turno (alcalde, ministro, presidente, etc.) se encuentre 'en casa'. De lo contrario de poco sirve molestar a unos tíos que saldrán pronto o que aprovecharán uno de sus muchos descansos para salir a zurrarte por impertinentes, que para ellos les da igual porque terminan cobrando su mes, pero que los gritos y pitidos no les deja hablar tranquilamente en horas de trabajo y les molesta, claro.

p.d.- No olvidar avisar a los medios de comunicación. De lo contrario nadie se hace eco, nadie se entera, y tienes que repetir el 'xoxo' otra vez.

miércoles, 22 de octubre de 2008

La paradoja del iPod

A mediadios de julio, aproximadamente, cesé temporalmente en el uso de mi iPod nano. Un viajecito a Alemania y unas ligeras vacaciones después lo reencontré en la misma caja en la que lo había guardado. No tenía batería, y no encontraba el cable de conexión. Mi gozo en un pozo. Lo busqué por diquier y seguí sin encontrarlo. Tres intentos y dos tentaciones por comprar uno nuevo después me hicieron desistir. Hasta que lo encontré de nuevo el día en que no lo buscava.

Pues bien, me dispuse a conectarlo a mi Macbook Pro, que durante las mentadas vacaciones había sido actualizado en cuanto a colección de música se refiere. Lo cargué, le actualizé las canciones y hacia las 2 a.m. del pasado domingo ya estaba listo para ser usado. El martes lo cogí para ir a la universidad, creí -iluso de mí- que podría volver a disfrutar de mi preciado iPod. Pues bien, en el metro me encontré una conocida con la que terminé hablando todo el viaje y ya no pude escuchar mi iPod. De regreso a casa me volví a encontrar a otra conocida, vieja amiga, a la que esta vez sí me hizo ilusión volver a ver. Pues bien, vive cerca de mi casa y tampoco pude usar mi iPod.

Moraleja: Si cada vez que cargo y dispongo mi iPod me tengo que empezar a encontrar gente que hacía tiempo que no veía, creo que lo cargaré e intentaré usar más a menudo. Y és que merece la pena revivir las amistades que parecían arrinconadas.

p.d.- ¡Ésta es la entrada número 150 de este blog! Parece que fue ayer cuando se creó pero entre todos, poco a poco, vamos llenándolo con nuestras vidas. ¡FELICIDADES!